Palacio y jardín botánico de Monteiro-Mor

Monteiro Mor Lisboa

Lumiar es una freguesía perteneciente al concejo de Lisboa que está a tan sólo un cuarto de hora en coche de la capital portuguesa. Un precioso lugar que alberga una gran cantidad de elementos culturales visitables por el turista.

Dentro del territorio de esta encantadora freguesía encontramos el Palacio Monteiro-Mor y sus jardines, emplazados en la quinta que recibe el mismo nombre a las afueras de la ciudad.

Si bien es cierto que actualmente cuenta con un gran interés turístico por albergar el Museo Nacional de Teatro y el Museo del Traje, lo cierto es que el lugar cuenta con otros encantos, como su impresionante jardín de más de 11 hectáreas.

El palacio ha sido ocupado por diferentes personalidades a lo largo de su historia, pero su nombre viene por el hecho de que a mediados del siglo XVIII fue ocupado por Don Enrique de Noronha y Don Fernando Telles da Silva que ocuparon el cargo de Monteiro-Mor por nombramiento del rey.

El palacio original sufrió un devastador incendio en 1975 que lo redujo a escombros quedando únicamente alguna pared de la fachada. Desgraciadamente en ese incendio también desapareció un gran conjunto de objetos con gran valor histórico, algo que jamás se podrá recuperar. Aún así, a partir de 1975 el Estado se hizo cargo del Palacio (por el Decreto ley nº 558 de 27 de septiembre de 1975) y se dispuso a recuperar una de las propiedades más importantes y con mayor valor histórico de la freguesía.

Las obras de recuperación fueron dirigidas por Joaquín Cabeça Padrao, arquitecto que pudo realizar un perfecto equilibrio entre la fachada clásica (que recuperó respetando al 100% su trazado original) y un interior, bastante más moderno. Este mismo interior es el lugar escogido para alojar los dos museos nombrados anteriormente.

En cuanto al jardín, hay que destacar que quizá sea el mayor tesoro con el que cuenta el lugar, y es que en numerosas ocasiones ha sido nombrado como uno de los jardines más bonitos de Portugal.

En los albores de su creación, se puso especial atención en la contratación de los botánicos más expertos de todo el mundo. Pudieron formar parte del proyecto reputados maestros en la materia como pudieran ser el belga Rosenfeler o el austríaco Friederich Weldwitsh. Ya desde un principio se quería realizar un jardín que supusiera un paraíso botánico, y por esa razón comenzaron a plantarse cientos de especies europeas y muchas otras exóticas pertenecientes a Asía o América.

En la actualidad es posible pasear por sus más de 11 hectáreas recorriendo un paisaje romántico lleno de rincones encantadores. Cascadas, arroyos, fuentes y lagos estratégicamente colocados para que el visitante pueda sumergirse en un mundo lleno de magia.

Especies de más de 160 años de antigüedad que han logrado sobrevivir tanto al incendio del Palacio como al ciclón de 1941. Más de 200 tipos de árboles como Hayas, Arces, Ginkgo y un largo etcétera que además son aderezados por un gran número de especies de pájaros que revolotean durante la visita por el jardín.

Foto vía: absolutlisboa



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