Iglesia, convento y mirador de Graça
Lisboa es una ciudad llena de cuestas y por tanto de zonas elevadas en las cuales es posible divisar hermosos paisajes panorámicos de toda la ciudad, o lo que es lo mismo miradores. Estos miradores están esparcidos por las calles de la ciudad, recogiendo cálidamente a los turistas mientras les permite realizar instantáneas de su tesoro visual.
El mirado de Graça es uno de los más conocidos por la gente joven de la ciudad, o por lo menos uno de los favoritos para pasar el rato mientras se degusta una buena cerveza portuguesa. Situado en la colina de Graça el mirador está junto a la iglesia y convento de Nuestra Señora de Graça, además de contar con un pequeño parquecito y una cafetería al aire libre que refresca la llegada de los visitantes.
Este convento fue fundado durante el siglo XIII por los Ermitas de Santo Agostinho, y durante los siguientes años se convirtió en la Cabeça da Ordem Provincial hasta que su posterior extinción en 1883. La iglesia fue un poco más tardía en su edificación, hubo que esperar hasta el siglo XVIII justo en el momento en el que el convento fue reconstruido. También posee un campanario, que fue erigido en 1755.
Cuenta la iglesia de Graça con una fachada manierista y con un interior puramente rococó, lleno de tallas doradas y adornado por preciosos azulejos propios de la tradición azulejera de Lisboa (pertenecientes al siglo XVII y XVIII). Se le considera un monumento importante en la ciudad principalmente por la vista privilegiada que se obtiene de absolutamente toda la ciudad.
Quien quiera acceder hasta este punto de la ciudad para contemplar las hermosas vistas deberá subir en el tranvía 28. También es posible hacerlo a pie, viendo de paso otros monumentos cercanos a este, no obstante, hay que señalar que la subida final hasta la colina es una de las más duras de toda la ciudad.
Foto vía: Guías-viajar
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