El Cementerio de los Placeres, el reposo de los artistas
En cada país hay un cementerio que es elegido por aquellos que integran la colonia artística. En el caso de Lisboa, tenemos el Cementerio de los Placeres, que es el elegido por los artistas para pasar a la posteridad: por ejemplo allí estuvo enterrada un tiempo la famosa fadista Amalia Rodrigues, hasta que su cuerpo fue trasladado al Panteón Nacional. Sin embargo, uno de los atractivos más importantes de este parque es que el mismo reproduce la estructura de una ciudad, con sus calles y avenidas.
Obviamente en el Cementerio de los Placeres descansan los restos de múltiples lisboetas famosos, especialmente para los portugueses. Su construcción fue posterior a 1833, cuando se desató en la ciudad una epidemia de cólera y se hizo imperioso un nuevo espacio de estas características. En la actualidad posee un notable valor histórico, y habitualmente se llevan a cabo visitas guiadas para grupos reducidos de personas.
Este cementerio es el más grande en la capital de Portugal, y está ubicado en la parte occidental de la ciudad. Es precisamente en esa parte de la localidad donde residían los más ilustres habitantes, por lo que fue también el cementerio de las familias más adineradas. Por esto es que se pueden hallar en ese lugar una serie de decoraciones monumentales y sumamente lujosas.
Una de las características del parque es la notable vista que tiene hacia el Río Tajo y el Puente 25 de Abril. Para llegar hasta él es necesario tomarse el tranvía 28, que finaliza su recorrido en la mismísima puerta: de paso, el recorrido de ese tranvía permite una vuelta turística sin igual por Lisboa. Una vez que se llega al lugar, se puede ir a la oficina de informes donde entregan un mapa detallado.
Entre las cosas más llamativas para mencionar, hay que decir que no hay lápidas que tapen el interior de los panteones, por lo que uno puede observar tranquilamente cada ataúd. Incluso en algunos casos hay panteones sin puerta, como para que uno ingrese y haga una visita apreciando ataúdes con más de un siglo de existencia.
Como decíamos anteriormente, el aspecto del Cementerio de los Placeres es como el de una ciudad: cada sepultura es como una casa y los caminos que comunican parecen avenidas. De hecho, cada “casa” tiene ventanas, puertas, vidrios, cortinas e inclusive un felpudo. No obstante no todas las sepulturas son iguales, ya que hay algunas zonas reservadas para personas especiales. Con múltiples esculturas, otro detalle es la simbología que se pueden encontrar en los diferentes rincones.
Foto vía: Flickr
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