Residencial Duas Nações, punto estratégico de Lisboa
Llegar a Lisboa es no sólo tener la posibilidad de conocer una ciudad muy bella, sino además recorrer calles y lugares que tienen más de 2.000 años de historia. Por eso, lo ideal, es albergarse en un hotel que esté estratégicamente ubicado y desde el cual diariamente poder partir hacia cualquier punto de interés que, como se imaginan, son muchos. Esa posibilidad la brinda el Residencial Duas Nações, ubicada en el centro histórico.
Situado en la esquina de Rua Augusta con Rua Da Victoria, en el corazón de la Baixa, quienes se hospedan en sus instalaciones comprenden rápidamente que se trata de un lugar inmejorable desde donde comenzar a explorar la ciudad. Esto es así por su locación privilegiada: desde ahí, por ejemplo, se puede pasear por Chiado o visitar la Casa de Fados, entre otras muchas atracciones que brinda la capital lusitana. Una de las ventajas es que desde aquí parten muchos medios de transporte, que conectan con diversos lugares de la ciudad.
Por las noches prepárese para el bullicio, porque si está hospedado aquí será parte de la vida nocturna, debido a que se está en zona de restaurantes y bares. Para darse una idea de las comodidades que brinda este hotel, está a 200 metros de la Baixa y el Chiado, a 100 metros de la estación de tren, a cinco minutos de la estación del metro, y a 5,5 kilómetros del aeropuerto internacional de Lisboa.
En total, el Duas Nações tiene unas 54 habitaciones, divididas en individuales, dobles y triples. Todas tienen cuarto de baño privado, además de poseer escritorio, calefacción, caja fuerte, teléfono y televisión vía satélite. Pero, además, en el hotel se ofrecen varios beneficios como por ejemplo una sala de reuniones para 40 personas, una recepción que funciona continuamente, lavandería y un servicio de habitaciones durante las 24 horas.
Quienes se hospeden en este residencial podrán gozar además de un muy buen desayuno, bien provisto de panecillos, manteca, mermelada, jugos naturales, café o te. De todos modos, no se puede dejar de mencionar que la sala donde se merienda o se come es uno de los espacios más bellos del hotel: allí se pueden observar unas paredes decoradas con baldosas tradicionales portuguesas. Los clientes pueden aprovechar este amplio salón para leer el diario o encontrarse con sus amigos o parientes.
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