Naturaleza y arquitectura en los Jardines de Agua
El Parque de las Naciones es uno de los máximos atractivos en Lisboa, no sólo por su importancia como espacio para la recreación, sino además por el vínculo que se estrecha en su edificio entre lo natural y la gran arquitectura.
Estas instalaciones tienen varias dependencias, un gran oceanario, una estación ferrocarril, un imponente centro comercial y además un lugar reservado para la actividad cultural. Y entre sus varios atractivos, sobresalen los Jardines de Agua.
Estos jardines se encuentran ubicados en la zona ribereña del Parque de las Naciones y fueron construidos con motivo de la Exposición Internacional de 1998: de hecho, se recuerda que fue en el parque donde se celebró dicho acontecimiento. En aquel año, el tema de la Exposición eran los océanos y el agua, motivo por el cual además de su imponente diseño, los Jardines de Agua guardan una serie de equipamientos tanto educativos como deportivos.
El objetivo de estos equipamientos es vincular la actividad recreativa con el agua, a la vez que enlazarse con los antecedentes culturales e históricos de Lisboa. Además, los Jardines de Agua están constituidos por secciones identificadas como Jardines de la Palmeira; el Pomar del Mediterrâneo; el Lago de Ulises; el Edificio de la Cascada y el Jardín Hidráulico. A su vez, se encuentran rodeados del Jardín García de Orta o el Jardín de las Olas.
Sobre el aspecto visual de este espacio hay que adjudicárselo a la artista portuguesa Fernanda Fragateiro, una estudiante rebelde de bellas artes que abandonó la carrera y comenzó a exponer su trabajo desde muy joven. Sin embargo, su presencia se ha convertido en una de las más destacadas dentro del arte portugués, poniendo su firma a varias intervenciones en espacios públicos, además de los espacios expositivos habituales.
En relación a lo hecho en los Jardines de Agua, se puede destacar el trabajo realizado con el césped, especialmente los ondulados relieves, como así también el contraste que generan los árboles de hojas plateadas con el color del césped. Según lo expresado por la propia Fragateiro, el lugar intenta demostrar la fluidez en el diálogo entre la cultura, la naturaleza y lo constructivo. De esta forma, los Jardines de Agua no son absorbidos por el diseño ni por la naturaleza, convirtiéndose en un espacio de mucha personalidad.
Foto vía: Enriqueargumosa
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