Iglesia de Santo Domingo, imágenes irreales
Hay atractivos turísticos que brillan por novedosos, por su elegancia o por su antigüedad. Y otros que extrañamente se convierten en fenómenos masivos sin explicación certera. Un ejemplo claro es la Iglesia de Santo Domingo, ubicada a pocos metros de la Plaza del Rossio, un edificio olvidado en los recorridos tradicionales donde cientos de turistas se acercan diariamente a observar el desastroso estado de su interior.
Y aunque parezca una locura, o una actividad morbosa, es verdaderamente interesante, porque es casi la única construcción que se mantiene exactamente igual a como quedó después de soportar el terremoto de 1755 y el terrible incendio que sufrió a mediados de la década de 1950.
Sus paredes están grises, completas de manchas y quebraduras. Incluso todavía se siente en el aire el olor a ceniza. Las estatuas están rotas, los techos semidestruidos. La sensación de caminar por la sala nave de esta iglesia es impactante. Los domingos se celebra misa allí normalmente: los fieles se reúnes a rezar enfrente de imágenes chamuscadas, se sientan en bancos de madera que sobrevivieron a las llamas. Algo impresionante. Hay quienes dicen que el edificio funciona como metáfora del infierno y su oscuridad.
La Iglesia de Santo Domingo fue construida en el siglo XIII, la primera piedra fue colocada en 1241, originalmente funcionaba como un convento. Desde que abrió sus puertas tuvo que someterse a constantes arreglos y refacciones. Se dice que en sus habitaciones está guardado el pañuelo y el rosario de la pastora Lucía Jacinta, utilizados para concebir el milagro del sol, el 13 de mayo de 1917. Aunque muchos aseguran que los objetos se perdieron en el incendio.
Su estilo arquitectónico es una mezcla de diferentes épocas e influencias. En 1748 con la reforma de Ludovice se le realizó un trabajo de reconstrucción grande; al igual que en 1959, después del accidente, esta vez en manos del arquitecto Manuel Caetano de Sousa, quien le agregó detalles manieristas, del barroco italiano y de otras escuelas europeas poco conocidas. Se destaca el altar mayor, con columnas de mármol rojo sobre la que se apoya una composición escultórica de la Santísima Trinidad.
Actualmente se realizan allí casamientos y bautismos, en misas bastante particulares. De hecho, se dice que es tanta la cantidad de gente que pide turno para celebrar allí su fe que hay más de un año de espera.
Información práctica:
Dirección: Campo Grande, 83; 1751
Foto vía: panoramio
Categorias: Qué ver en Lisboa