El palacio de Palhavá, embajada de lujo
Las crónicas históricas aseguran que el Palacio Palhavá funcionaba como una finca de veraneo en las afueras de Lisboa. Actualmente se encuentra allí la Embajada de España, en medio de la denominada Plaza de España, un entramado de lujosos jardines que se mantienen exactamente iguales a como eran a fines del siglo XVII.
El arquitecto Joao Nunes Tinoco fue el encargado del diseño y la construcción. La obra fue finalizada y entregada en 1660 a la familia Cunha. Posteriormente perteneció a otras familias nobles. Con el tiempo el inmueble fue modificado, hasta que el Estado español la adquirió en 1918.
En sus espléndidos salones se exhiben tapices flamencos de los siglos XVI y XVII, muebles de diversos estilos de los siglos XVII y XVIII, y lámparas de cristal de Bohemia del siglo XIX. Los azulejos del vestíbulo son piezas históricas del siglo XVIII, con corona real.
En su pinacoteca se encuentra un retrato de Margarita de Austria, atribuido a un discípulo de Velázquez, los óleos de residencias de la Familia Real española del italiano Fernando Brambilla (1763-1834), Los cuadros de aves, de Adrien van Utrecht (1559-1652), la serie Parábolas y milagros de la escuela flamenca, de Maarten de Vos (1532-1603), el cuadro La rendición del Elector de Sajonia ante el Emperador Carlos I, de Luca Giordano (1634-1705) y el retrato de S. M. El Rey Don Juan Carlos en uniforme de Capitán General, de Ricardo Macarrón (1926-2004).
En el patio principal se alza la estatuaria del genovés Bernardo Schiaffino del siglo XVII y en sus jardines a tres niveles se mantienen desde 1720 cuatro elegantes fuentes barrocas italianas de mármol blanco.
Durante los primeros cien años, el Palacio vivió su tiempo de mayor apogeo, era una de las residencias más lujosas de la ciudad. En 1747, los Condes de Ericeira y Marqueses de Louriçal compraron el Palacio para alquilárselo al Rey Don João V, El Magnánimo, para que lo habiten sus tres hijos naturales, conocidos como los Meninos de Palhavã, quienes fueron muy conocidos por ofrecer refugio y alimento en sus jardines a más de dos mil personas cuyas viviendas habían sido destruidas en el terremoto de 1755.
Los jóvenes fueron desterrados en 1760. El mobiliario más lujoso fue confiscado por el Marqués de Pombal. Fue el puntapié inicial de la decadencia: los terrenos sirvieron de campamento para las fuerzas napoleónicas. El inmueble sufrió serios daños por los enfrentamientos bélicos entre el bando absolutista y el liberal. Recién a finales del siglo XIX el tercer Conde de Azambuja, junto con el arquitecto Joaquim Possidonio da Silva, desarrolló las obras de restauración que le devolvió su utilidad como residencia.
Información práctica:
Dirección: Rúa do Salitre, 1 1269 – 052.
Para llegar, los turistas pueden tomar el Metro Av. Liberdade y los autobuses 36, 44, 91, 205, 207 y 745.
Foto vía: maec
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