Excursión al castillo de Torres vedras
El castillo de Torres Vedras se erige en el corazón de un entorno natural asombroso, a sólo 70 kilómetros del centro de Lisboa. Su construcción está relacionado con los tiempos de la prehistoria, aunque el crecimiento más notable tiene que ver con la llegada de los alanos, un reducido pueblo oriundo de tierras iraníes de tradición bélica y pastoril. Con el correr de los siglos, también llegaron allí los moros y fue reparado por distintos reyes, entre ellos Don Fernando, en el siglo XIV, y Don Manuel I, en el siglo XVI.
La construcción fue parte de las Líneas de Torres, utilizadas en distintas guerras como elemento defensivo. A mediados del siglo XIX fue el cuartel de los soldados al mando del conde de Bonfim. Los sucesivos embistes que sufrió complicaron su estructura, especialmente las repetidas explosiones de sus depósitos de pólvora, carta fundamental de los ataques de aquellos años.
Sus murallas escudan la Iglesia de Santa María, considerada monumento nacional, integrada por una nave central con diferentes espacios y el presbiterio de profundidad. Sus altares tienen detalles del siglo XVIII, además de esculturas pequeñas de mediados del 1500 en el trono de la capilla mayor. Fue construida en el siglo XII, durante el reinado de Afonso II, antes de finalizar el diseño de la fortaleza, en estilo románico. Actualmente, se exhibe allí una colección de azulejos de gran valor histórico.
Hay distintas versiones sobre el origen de la estructura. De acuerdo con estudios realizados en la textura del cemento de uno de los tanques, monedas y lápidas se puede deducir también la presencia de los romanos. Este palacio se componía de dos pisos con vista al patio. En el único resto de las paredes exteriores, la entrada y la planta baja, todavía hay pared, suelos de piedra y ladrillo y ménsulas de piedra que sostenían la cubierta superior. En el flanco oriental del castillo, hoy sólo quedan ruinas.
Quienes se aventuren a disfrutar de las maravillas de Torres Vedras también pueden acercarse a Chafariz dos canos, uno de los edificios más característicos de la región. Este monumento histórico fue construido a principios del siglo XIV, reconstruido en 1561 y restaurado en 1831. Se compone de un pabellón cubierto con bóveda; en la fachada se alzan cuatro arcos en punta pináculos y almenas biseladas del siglo XVI.
La excursión a Torres Vedras es materia obligatoria para los amantes de la arquitectura antigua y la historia de los pueblos que forjaron la identidad europea.
Foto vía: tripadvisor
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