Palacio de Ajuda, romántico y perfecto

Palacio de Ajuda

Uno de los más importantes legados arquitectónicos que ha dejado la vieja monarquía portuguesa en Lisboa es el Palacio de Ajuda, construido en el siglo XIX para funcionar como residencia de la familia real.

La historia de esta edificación neoclásica es bastante particular, ya que su construcción no pudo se completada con su diseño original por el exilio de la familia real a Brasil en 1807 a causa de la invasión napoleónica. El exilio terminó, pero el regreso de la Familia Real no significó que la obra se completara, aún así, sirvió de hogar real hasta 1910, cuando Portugal se proclamó como república.

Actualmente, sigue siendo uno de los edificios más románticos y perfectos de Europa, acogiendo una parte del Ministerio de Cultura, además permanece abierto al público, para poder observar el estilo de vida de la familia real portuguesa a finales del siglo XIX.

En la entrada principal hay 23 estatuas de mármol, cada una de ellas representando un determinado atributo, como la generosidad y gratitud, y frente a la fachada encontramos monumento dedicado al rey Carlos y una torre de la iglesia que es todo lo que queda de la demolición de la Iglesia de Nossa Senhora da Ajuda.

Al recorrer el Palacio se pueden observar dos plantas enteras llenas de salas con falsos techos ricamente decorados, con interiores acogiendo elegantes de muebles, tapicería, esculturas, artes decorativas y extravagantes, todo gracias a la gran riqueza proporcionada por el descubrimiento de ricas minas de diamante en la entonces colonia brasileña en el siglo XVIII.

Algunos espacios como la habitación principal y el comedor de la reina, permanecen casi que intactos transmitiendo una esencia de privacidad gracias a la gran cantidad de objetos personales que se pueden observar. Otros espacios realmente imponentes se encuentran en el primer piso como la sala del trono y la sala de los embajadores, además la sala de baile y de la música, que cuentan con una colección exclusiva de porcelanas chinas pertenecientes a la dinastía Ch’ien.

Los exteriores del palacio también llaman poderosamente la atención, ya que allí nos encontraremos con el Jardín Botánico de Ajuda, unido al jardín de las Damas, que como su nombre lo dice, era el lugar de paseo de las Damas de la corte. Son dos bellos espacios verdes con estanques y cascadas para encontrar tranquilidad.

Foto Vía ceiling



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