La imponente Torre de Belem

Torre de Belem

Lisboa es una ciudad que alberga grandes monumentos arquitectónicos llenos de historia y magia, siendo la Torre de Belem uno de sus más representativos.

La Torre de Belem se encuentra localizada en la desembocadura del río Tajo, y su origen fue estrictamente militar, ya que se construyó para proteger el margen del río de posibles asaltos en los alrededores de la ciudad entre los años de 1515 y 1520 en tiempos de Manuel I. Además, Desde allí partieron expediciones en busca de nuevas tierras a lo largo y ancho del mundo.

Se identifican en esta construcción dos cuerpos principales, el baluarte de forma poligonal orientada hacia el eje del río, y la torre cuadrangular de 35 metros de altura con 4 plantas y una terraza. A través de la historia, la Torre ha tenido varias modificaciones hasta llegar hasta su aspecto actual, siendo la última restauración en 1998.

Para acceder a este magnifica construcción de estilo manuelino, el cual tiene influencias islámicas y orientales, debemos atravesar una pasarela desde la orilla y al atravesar un puente levadizo se entra directamente al bastión.

Es de admirar su exterior con balcones abiertos y barandillas adornado con sus cuerdas y lazos tallados en la piedra, además se identifican claramente las garitas de vigilancia tanto en el baluarte como en la torre. Se destacan representaciones escultóricas de la naturaleza, como la de un rinoceronte. Para tener en cuenta, el primer rinoceronte en llegar a tierras Portuguesas procedía de la India en 1513.

El interior de la edificación es un poco más austero en su decoración, consta de cuatro plantas claramente identificadas: Sala del Gobernador, Sala de los Reyes, Sala de Audiencias, Capilla y Terraza, las cuales se comunican únicamente por una pequeña escalera de caracol. Al subir a la terraza, se puede vislumbrar la grandeza del Océano Atlántico, así como la extensión del puerto y algunos bellos paisajes de los alrededores de la ciudad.

Fue Declarada Monumento Nacional en 1910, en 1983 Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO y en 2007 fue declarada como una de las Siete Maravillas de Portugal. Las otras seis son el Monasterio de los Jerónimos, el Palacio da Pena de Sintra, el Castillo de Guimarães, el Castillo de Óbidos, el Monasterio de Batalha y el Monasterio de Alcobaça.



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