Fenicios, romanos y musulmanes en Lisboa

Toma de Lisboa

Lisboa, con sus más de tres mil años de historia, es tras Atenas la capital más antigua de Europa. Fue fundada sobre el 1.200 a.C por los fenicios, quienes desde un primer momento vieron que su posición geográfica era digna para hacer de ella un gran puerto comercial. El estuario del río Tajo servía para navegar perfectamente tanto hacia el sur como el norte, por lo que aquella vieja Allis Ubbo (puerto seguro en fenicio) debió ser de las ciudades más importantes de la época.

Por Lisboa han pasado numerosas civilizaciones. Tras los fenicios apareció Cartago (aunque esta última también era considerada como colonia fenicia), quienes siguieron aprovechando la riqueza comercial de esta ciudad. Tanto es así que en aquella época se decía que las aguas del Tajo, a su paso por la urbe portuguesa, parecían como mecidas por el viento.

Tras los cartagineses llegaron los romanos, quienes conocían a Lisboa con el nombre de Olissipo (al igual que los griegos, que en conflicto con Cartago tuvieron que abandonar la zona). Roma intentó conquistar la Lusitania, con capital en Mérida, pero Olissipo apenas opuso resistencia. Es más, sus propios ciudadanos se aliaron del bando romano para luchar contra las tribus celtas a las que pertenecían.

Y todo porque la llegada de Roma iba a suponer que la ciudad engrandeciera su comercio con nuevas vías. Ahora se podía negociar también con la gran cantidad de puertos Mediterráneos que controlaban los romanos. El garum, la sal y los famosos caballos lusitanos eran algunas de las joyas más preciadas que requerían los comerciantes de otros rincones del mundo.

La dominación romana de Olissipo concluiría a principios del siglo V con la llegada de los Vándalos y los Alanos. Los godos la saquearon e incendiaron en el año 419, y décadas más tarde la entregarían a los Suevos, cuya capital era Braga. Una época en la que Lisboa perdió algo de prestigio, al desaparecer buena parte de las relaciones comerciales que mantenía con los pueblos del Mediterráneo.

No sería hasta el año 714 cuando los musulmanes toman al-Ushbuna (así la bautizarían ellos), quienes retomaron de nuevo las relaciones comerciales con los principales puertos del Mediterráneo. Esto propició que durante casi 400 años la ciudad creciera hasta el punto de convertirse en una de las más pobladas de Europa (notad la diferencia: a mediados del siglo X contaba con una población de más de cien mil habitantes, mientras que en Londres y París vivían solo unos diez mil)

El dominio musulmán acabaría oficialmente el 1 de noviembre de 1174, cuando Alfonso Henriques, que a la postre sería el primer rey de Portugal, toma la ciudad. Se acabaría así el dominio árabe y se entraría de lleno en una nueva era de la historia de la ciudad.

Foto Vía Ruas de Lisboa com Alguna Historia



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