Castelo dos Mouros, testigo de la historia

Castelo dos Mouros

En plena Villa de Sintra, con su esbelto estilo románico, se alza el histórico Castelo dos Mouros (Castillo de los Moros), construido sobre una base de roca en las cumbres de la sierra. Es tan impresionante la ubicación y la monumentalidad del castillo que desde sus ventana se divisa el Océano Atlántico en toda su plenitud.

Los responsables de la primera fortificación fueron los denominados as-Shantara, entre el siglo VIII y IX. La estrategia era claramente bélica: se buscaba controlar y cerrar todas las vías de comunicación por tierra que existían entre Sintra, Mafra, Cascais y Lisboa. Luego de cientos de batallas, de idas y vueltas, en 1839 el castillo fue liberado para ser puesto en valor. El rey Fernando II, en pleno rescate histórico de la Edad Media, tomó el edificio para reconstruirlo porque el estado que presentaba era realmente preocupante. Historiadores y especialistas fueron contratados para acondicionar miradores, caminos de acceso y vegetación abundante que lo convirtieron en una atracción turística.

Tanto el castillo como su cisterna fueron declarados Monumento Nacional en 1910, aunque la intervención real del gobierno comenzó casi treinta años después con la reconstrucción de las murallas. Hasta 1992 fue necesario continuar con el reciclado científico y las tareas de limpieza. En 1995 fue clasificado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

La planta del monumento, perfectamente adaptada al terreno, tiene 450 metros de perímetro y doce mil metros cuadrados de superficie. En las murallas, con sus cinco torres, se pueden observar todas las etapas de la construcción, claramente se divisan las distintas técnicas, que son características de cada momento histórico. Hay partes que aún se conservan los materiales originales, de más de mil años de antigüedad.

La torre más elevada, conocida también como Torre Real, está abierta al público. Se accede a través de 500 escalones, una vez allí los turistas podrán ver las salas donde vivió Bernardim Ribeiro, un escritor portugués del siglo XVI.

En el interior todavía se conserva una iglesia consagrada a San Pedro, datada en la época de D. Afonso Henriques, de estilo románico portugués, con una planta longitudinal y una nave única sin techo. Tiene dos fachadas, una de arco pleno de doble vuelta rodeado de columnas con capiteles decorados y otro con un arco doble, también apoyado en columnas. Según investigaciones arqueológicas realizadas en el lugar, sirvió como cementerio durante el medioevo.

Si os gusta la arquitectura Lisboa cuenta con gran cantidad de monumentos históricos. En el Castelo do Mouros se realizan diariamente visitas guiadas en distintos idiomas (español, inglés, japonés, alemán, italiano y francés) que hay que contratar preferentemente desde Lisboa, ya que incluyen el traslado en bus.

Foto vía: Lacobrigo



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